Las Parábolas de la Misericordia de Jesús
Evangelio de San Lucas
Parábola del Hijo Pródigo
«En ese tiempo, se acercaban a Jesús todos publicanos y pecadores para oírle.
11Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos.
12El menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde”. Y el padre les repartió los bienes.
13Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó sus bienes viviendo como un libertino.
14Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
15Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que lo envió a sus fincas a apacentar puercos.
16Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
17Y volvió hacia sí, y dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
18Me levantaré, iré a mi padre y le diré: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
19Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros”.
20Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y fue movido a misericordia, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
21El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo”.
22Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies”.
23Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado”. Y comenzaron la fiesta.
25Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
26y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27Él le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano”
28Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
Mas él replicó a su padre: “Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
30y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tus bienes con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!”
Él entonces le dijo:
31“Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
32pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado”».
(Lucas 15: 11-32).
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