Los Milagros de Jesús

Prólogo

Los Milagros de Jesús es un texto que muestra los hechos prodigiosos, sobrenaturales y maravillosos efectuados por Cristo Jesús durante su estadía en este planeta Tierra, y mostrados en los Evangelios canónicos. Estos contextos históricos que nos hablan del poder de Jesucristo, se pueden clasificar en cinco grupos: comunicación con el Altísimo, curación a los enfermos, exorcismos de espíritus, resurrección de muertos, control de la naturaleza y transmisión de poderes a sus apóstoles.

Las extraordinarias manifestaciones de Jesús sorprendían tanto al pueblo judío que, cada vez más, Jesucristo ganaba el amor, admiración y respeto de la mayoría de sus pobladores. Este hecho molestaba sobremanera a los líderes religiosos de ese tiempo, quienes se veían destituidos por este gran Hombre, el Hijo de Dios. Los fariseos utilizaron todas sus sucias armas para difamar a Jesús frente a la gente que lo seguía, pero sin resultados positivos a su favor. Debido a que Cristo conocía la oscuridad de sus corazones y Sabía de sus malas intenciones, les exponía sus verdades actuando en su propia defensa.

Los fariseos y escribas nunca tuvieron poder sobre Cristo Jesús, incluso, cuando ellos lo crucificaron y pensaron lo habían quitado de sus caminos. La pasión, muerte y resurrección de Jesús aumentó grandemente la fe y devoción en Cristo Jesús y, por lo tanto, en Dios Padre. La inexorable conducta de los religiosos judíos de esa época crucificando a Jesús, un hombre inocente, bueno, compasivo, quien curaba a enfermos, resucitaba a muertos y despojaba espíritus inmundos alojados en personas, marcó no sólo sus infernales destinos, también, la diferencia entre el bien y el mal; lo sagrado y lo maligno.

Jesucristo es el más grande Hombre nacido en este planeta Tierra. Fue Él quien con su gran amor dividió en dos el tiempo y la historia humana. Cristo es el salvador de la humanidad. Toda la fe cristiana se concentra en su gran poder universal. Por su alto nivel espiritual fue consagrado y legitimado como el Unigénito, dilecto de Dios. Su ministerio se basa en el amor, misericordia, paz, humildad, justicia y servicio. Su misericordia ha sido la fuente inspiradora de millones de corazones cristianos, que buscan crear una alianza con su Salvador Cristo Jesús, por medio de las Sagradas Escrituras y la Iglesia. La fe de todos sus fieles ha alcanzado más de la tercera parte de la humanidad, con presencia en los países más importantes del mundo. 

Cristo Jesús fue un hombre de corazón humilde, sin títulos académicos; pero provisto de una excelsa Perfección, por eso cambio completamente la vida e historia de todos los habitantes de este planeta. A través de su Ministerio, Cristo nos sacó de la oscuridad para mostrarnos mediante la luz de su Ser, que existe un camino claro y luminoso que nos puede conducir hacia el Reino de Dios. Sus proezas Divinas serán mostradas en este libro para ayudar a la conversión espiritual, renovación de la fe, y salvación de nuestras almas.

Los Milagros de Jesús revelan la grandeza espiritual de Cristo, el Hijo de Dios hecho Hombre, y su grandioso Ministerio. Su inteligencia, sabiduría y dotes de elevada espiritualidad siempre lo caracterizaron. Aunque los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan, pusieron más énfasis en los últimos días de vida de Cristo que, en sus primeros años de existencia, sus evangelios se basan en su Ministerio público destacando sus enseñanzas y diferentes manifestaciones de superioridad, las cuales revelaban sus dotes Divinas.

En conjunto, estos cuatro evangelios canónicos contienen ochenta y nueve (89) capítulos. Cuatro (4) de ellos exponen los primeros treinta (30) años de la vida de Jesucristo. Luego, los ochenta y cinco (85) capítulos restantes, abarcan sus últimos tres (3) años de vida. Ahora bien, de esos ochenta y cinco capítulos, veintisiete (27) de ellos son sobre los últimos ocho (8) días de su vida. Consecuentemente, estos evangelistas dedicaron una tercera parte de sus evangelios al último periodo de evangelización de Jesús. En especial, ellos destacaron su pasión, muerte y resurrección.

Recordando el triste escenario de la crucifixión de Jesús donde, a pesar de su sufrimiento, Él nunca se dejó llevar por las emociones o pasiones malsanas que abundan en esta vida terrenal, las cuales afloran cuando nos vemos sometidos a lo impune o injusto, sino Cristo motivado por sus buenos sentimientos, y mostrando hasta en su más triste y doloroso momento de vida material que Él era el Mesías, el Santo Hijo de Dios, pidió a su Padre misericordia exclamando:

“Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23:34).